El proyecto nace pues del convencimiento de que el pequeño presupuesto asignado puede construir un gran y notorio espacio en un lugar central del Palau. El reto, conseguir consolidar un espacio, cualificado, iluminado y resistente al agua, con el mínimo montaje y los mínimos soportes expositivos. 

 

El pabellón es básicamente un cuerpo hecho de aire; un sistema simple, transportable y fácilmente re producible de muy bajo coste, localizado en el punto central del jardín del Palau Robert.  Un panel por cada uno de los 25 premios otorgados, más otros pocos para la explicación del funcionamiento y jurados del premio; y un tubo construyendo un círculo en la parte superior e inferior para estructurarlos. Estos paneles se articulan en forma de estrella; una estrella abierta, que permite la relación siempre abierta entre el interior y el exterior, entre unos y otros contenidos; una geometría que invita a cruzar este espacio, y a ocuparlo. Cada uno de estos paneles, impresos directamente sobre el soporte, contiene las razones del premio; a través de la grieta, la consciencia del entorno y del lugar. La geometría de cada uno de los paneles fuerza la perspectiva hacia el exterior, utilizando la fuga para crecer en altura, y sobretodo exponer los árboles y la ciudad como telón de fondo.