Es esta situación de icono, de referencia visual del barrio, de donde arranca el proyecto. El mercado es y será punto central. El proyecto busca situar el mercado de forma más amable en su contexto más cercano, pero sobretodo subrayar su identidad como punto de referencia. Así el proyecto mantiene el edificio actual, pero utiliza la ampliación requerida para caracterizarlo.
Establecer una trama generadora de la estructura del mercado pasa por entender este edificio dentro de su centralidad urbana. Una estructura reticular estricta premia claramente los dos ejes cartesianos; la retícula que se propone busca integrar en el funcionamiento real del mercado la suma de direccionalidades que confluyen en este edificio: así, una retícula de rombos, potencia la vinculación con el exterior y con la totalidad de ejes viarios; relación que se concreta en el espacio público en la estructura del mercado exterior, fijada a través de los toldos mecanizados. La retícula romboidal permite generar una sucesión de nuevas relaciones dentro del mercado, y generar pequeñas plazas en el cruce de los ejes.