La propuesta es pues construir una serie de forjados interiores soportados por unas cajas de servicio que actúan a la vez de estructura y de división de los espacios, y que generan una continuidad a lo largo de la casa, que puede interrumpirse eventualmente en un punto de inflexión para convertirla en 2 viviendas independientes. Pero sobretodo el proyecto interviene colocando sobre el forjado superior una gran cubierta continua formada por dos planos que en su intersección generan una primera llaga para la visión de la montaña trasera, desde el interior de la vivienda; la cubierta no llega a apoyarse sobre el muro de piedra actual, generando una segunda llaga longitudinal que permite las vistas sobre el valle. La definición de la sección de la cubierta configura el carácter del espacio principal de la casa.
Preservando la estructura original y haciendo una intervención mínima pero contrastada, la propuesta genera espacios nuevos y contemporáneos adaptados a los nuevos usos y respetando la envolvente histórica. En el basamento de la casa, y respondiendo a un punto de debilidad estructural del muro de piedra seca, se fuerza la apertura de una gran ventanal. Esta apertura permite las vistas e iluminación natural a una segunda sala de estar y comedor en la planta primera; el resto de estancias contenidas en la antigua envolvente de la casa respiran la tectónica y el peso de la arquitectura tradicional, aunque están distribuidas y configuradas respondiendo a nuevas realidades arquitectónicas.